Dominguer@s! Hoy nos acercamos a Belchite a tan solo 50km de Zaragoza.
A las puertas de Belchite Viejo, nos encontrarmos con el lema que simboliza el espíritu de Belchite, <<Memoria y Paz>>. Nos invita a recordar lo vivido en la Guerra Civil pero también, aprender de los sucesos vividos para no repetirlos, optando siempre por la Paz.
Comenzamos la visita entrando por el Arco de la Villa, este arco de dos plantas, contempla una pequeña capilla situada en la planta superior, dedica a la Virgen del Portal. Este edificio , enlaza con la calle Mayor del Pueblo Viejo.
Recorriendo la calle Mayor, nos abruman un montón de sentimientos encontrados, la Guerra y el paso del tiempo, nos sumerge en un pueblo devastado del que solo quedan algunos cimientos y la historia que en el se vivió, que permanecerá para siempre en el corazon de todos.
Los defensores del pueblo utilizaron el Pozo de un Trujal (Molino de aceite) como fosa común para los cadáveres producidos en la batalla. Una vez finalizó la guerra, se convirtió en un monumento conmemorativo fundado por el régimen de Franco y el cual, recientemente ha sido reconvertido en un espacio para la memoria de todos los caidos.
Continuamos hasta la Cruz de los Caídos, levantada por prisioneros republicanos durante la posguerra sobre el mismo lugar donde fué incinerada una gran parte de los cuerpos caidos de ambos bandos de la batalla.
En la plaza Mayor del pueblo, lugar dónde se reunía la mayor parte de los Belchitanos y Belchitanas, permanece la primera fuente construida por la fundición Averly de Zaragoza.
Justo al lado, está situada la Casa Domi, la más rica del pueblo y construida con hormigón, pertenecía a Dominica Fanlo, mujer muy apreciada por los habitantes puesto que generaba gran riqueza y empleo.
Llegamos a la Iglesia de San Martin de Tours, la parroquia principal del pueblo construida a principios del siglo XV.
Procedemos a adentrarnos y una vez más sentimos como la guerra y el paso del tiempo no ha tenido piedad alguna con este emblemático pueblo de Zaragoza.
A mano derecha encontramos los restos, todavía bien conservados, de lo que en su momento fué una hermosa capilla lateral, en la nuevamente apreciamos los daños producidos por bombas e impactos de artillería.
Proseguimos el recorrido, en silencio y con un sabor agridulce, para llegar así a una de las fachadas mejor conservadas del pueblo, la iglesia de San Agustín. Antiguamente, era un convento de estilo barroco construido en los siglos XVII y XVIII, pero, a día de hoy, sólo queda en pie su iglesia.
No se nos permite entrar, puesto que se encuentra endeble y muy deteriorado.
En el Este de la fachada, nos cuentan entrañables anécdotas de cómo los jovenzuelos lanzaban piedras a una bala de cañón incrustrada que a día de hoy todavía podemos avistar. ¡A ver si sois capaces de encontrarla!
Al finalizar la visita, nos indican que el precio de la entrada va integro para la conservación del Pueblo Viejo y que, incluso en la actualidad, cuando son fiestas de Belchite, todo el pueblo se reune en la Plaza de la Iglesia de San Agustín para disfrutar de conciertos y seguir dandole vida a un Pueblo Viejo con tanta historia.
¡Muchas gracias por pasarte por aquí!